Desde muy joven, descubrí que mi vocación estaba relacionada con el campo de la salud, quería ayudar y relacionarme con las personas. Por mi mente pasaron varias profesiones, pero al parecer, la odontología tenía la combinación perfecta para mí: interactuar con personas, ciencia, trabajo manual y arte.
Conforme avancé en mi desarrollo profesional, la magia apareció al trabajar con niños, nació un sentimiento por querer servir con amor y resguardando las necesidades de los más pequeñitos “odontología niño céntrica” basada en las necesidades y percepción de los niños y niñas.